Fotógrafos de Bodas con encanto con niños.

 

 

A menudo el día de una boda se convierte en algo que cuidamos y planeamos con todo detalle, y no es para menos, ya que será un día recordado para el resto de nuestras vidas y la de los que nos acompañaran en ese momento tan feliz.

Elegimos las flores, decoramos la iglesia, probamos el menú, distribuimos las mesas recordando momentos pasados con los invitados que las van a ocupar, y nos encargamos de que ese día mágico se convierta en una boda bonita, en definitiva, en una boda con encanto, una celebración que quede grabada a fuego en nuestras retinas y las de nuestros seres queridos. Pero sin duda alguna, un día en el que las emociones como el amor, la amistad, la felicidad y la alegría se encuentran en su máximo exponente, no debemos olvidarnos de algo tan importante en nuestro futuro como la inocencia y la ternura, y ese punto nos lo aportan los niños. 

En un evento en donde las ideas a veces entrechocan y pueden conllevar un poco de tensión, pocas cosas pueden ser más divertidas que una lluvia de ideas sobre cómo entretener a los niños en tu boda. A menudo acabas pensando en ti mismo saltando en ese castillo hinchable o haciendo la conga con los payasos. Y si no, ¿quién puede decir que no se ha levantado de una mesa para ver cómo estaban sus hijos y ha deseado meterse con ellos a las colchonetas cuando ha visto como reían?

  

Pocas veces una fotografía de boda puede ser más tierna y despertar más emociones que un niño entregando un ramo a la novia, ayudando a colocar un lazo o besando con cariño al novio/a.

 

Para obtener una boda original, inolvidable, no pueden faltar los amigos, la familia, el banquete, el traje de novia, esas fotografías que inmortalicen todos esos detalles, y la placidez para disfrutarlos, y pocas cosas en esta vida nos aporta más placidez que nuestros hijos disfrutando. Gritar eso de ¡Que se besen! tras unas risas con los amigos, e inmediatamente después observar como tu hijo corretea tras los suyos llenando el salón de juventud y alegría. En ese momento, en el preciso instante en que ves todas esas cosas, sabes que jamás olvidaras ese día. Por eso, una boda mágica es aquella en la que todos los detalle confluyen, se complementan y te hacen sentir completo, y eso no sería posible sin los niños.